Camino sobre lo que ya no está
pero puedo sentir en mis manos
la lenta agonía de un grito,
pisar cadáveres como espinas
y reconocer ese olor azul en mis labios
Sé que desaparecen como yo en ellos
aunque el líquido soplo del día
lo niegue
una mancha gris
lo cubre todo
también mis pies
A pesar de mí
nada queda en los ojos de la calle.
Eras del agua en mí
y tus pies el sonido
eras de otro lugar
hasta que amaneciste rojo
y tus manos leyeron mi piel
tus palabras
son instantes azules
aún en silencio.
Ingrid Valencia
1 comentario:
Ingrid, un gusto leerte.
¿Y para cuándo La Manzana?
Silvia
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