27.4.08

Poema




Preanestesia en el piso 11


La mujer de blanco

me observa zurcir el precipicio

de aguja y vena


Los segundos gotean

hacia la sangre


Bajo sábanas

escucho el rumor del tiempo

casi ajeno


La luz levanta un muro

de siluetas húmedas


Hay un anciano

que aferra a su piel

la delgada línea de sol

como una espada

que lacera al cuerpo inerte


Sólo intento

tocar un ojo

antes de


Desaparecer


Ingrid Valencia

Publicado en el número 2 de la revista Arca

2 comentarios:

Fernando de León dijo...

Es un poema que da vértigo por la cantidad de sensaciones que comunica ante una idea de la no sensación del desmayo. Maravilla.

juan dijo...

palpable, bellísimo