Los rieles del cuerpo
Supongamos que es
cierto. Uno sale
de casa, mira
rostros
en el puente
o la avenida.
Alguien duerme en el vagón
Uno escucha. Y
todos vamos en secreto
signos queloides
acertijos
que atraviesan con
prisa la mirada
Muy pronto ardemos
entre atardeceres
de alquitrán y polilla
Los monólogos
sobre los rieles del cuerpo
dejan a su paso un
sonido que recae
en las ausencias
que se acumulan
en alguna parte
El lugar al que
llegaré
con el bolsillo
hinchado
la mano vacía.Publicado en Laberinto, suplemento cultural de Milenio. Disponible en http://sclaberinto.blogspot.mx/p/la-autora-de-la-inacabable-sombra-2009.html
No hay comentarios:
Publicar un comentario