19.4.20

Diez décimas en Ígitur

1

--No me gustan las manzanas,
escribió un pintor de mudos
que traía pulpos crudos
y un cesto con cuatro ranas.
Y aunque cargaba con canas
nunca comió de las coles
el centro que agita soles
tras la plegaria que muta.
¡No escuchó pero disfruta
cuando observa los crisoles!


2

Nuestra vida es una fiesta
con música extraterrestre.
No es difícil que me arreste,
aunque sé bien que sí cuesta
responder toda la encuesta.
¿Si te miro me hallarás?
¿Si te ves me hablarás?
Celebramos lo ordinario
de este falso calendario.
¡No sé si tú bailarás!


3

En un rincón de amatista
los amantes se encontraron.
¡Hasta las flores sonaron
sin señalar al artista!,
no hubo rastro de su pista
ni quejido de su huida
porque aún la sombra cuida
las pisadas sin pronóstico
y su divagar acróstico
en una selva querida.


4

Nací con una vejez
muy húmeda de preguntas,
que nunca han estado juntas.
Tú dijiste que las tejes
y que pueden ser los ejes,
pero cambian como piel
en espectáculo infiel,
quebradas como las lijas
que reúno en las vasijas
donde acumulo la hiel.


5

¿Pueden los muertos ser luz?
¿Tienen olor las palabras?
¿Saldrán ellos cuando abras
esa cortina andaluz
con la frase a contraluz
que aquieta lo más lejano?
¿Esa nube es de metano?
¡El paisaje es desvarío!
¡No me toques si sonrío!
¡La lluvia ya alza la mano!


6


¿Tú nos cuidas la torpeza?
¿De este lodo eterno vivo?:
Vaso en la tierra que arribo
para traer la entereza
y ausentarme la pereza
de lo lento al despertar.
¿Tú te formas al estar?
¿O te desarmas ingrávido
al procurarte lo ávido
de la mañana al saltar?


7

No importa si te vigilan
escribe el verso profundo
a las orillas de un mundo
donde las aguas perfilan
mareas de sones que hilan.
¡Y no miren lo que haces!
¡Y no tuercen lo que traces!
¡Y no esculquen lo que cierras!
Mientras los ojos entierras
y las señales deshaces.


8

Una multitud del yo
se reúne en su final
en la noche terminal
con el mundo que cayó
¿No es horrible lo que oyó
esta cumbre congregada?
Era una grieta pegada
a la oreja del momento.
¡Esta cena fue tormento!
¡Pero fue deuda pagada!


9

Era una tela en colores,
la que cubría mis dedos,
las cobijas de los miedos,
eran los guantes, dolores.
“Son para que los decores”,
pero en roce y apariencia,
ya sin remedios de ciencia,
tocaban rastros perdidos:
Eran poros absorbidos
por la vida sin presencia.


10

Y te lo cuento otra vez,
aunque tu ruido distraiga.
Haré que este fuego traiga
un otro mundo al revés.
Entiendo que tú eres juez
y que nuestro aliento encierres
porque de mi canto quieres
la lumbre que se consume,
aun cuando se presume
que tus troncos ya no sierres.


Número de marco de 2020, disponible en https://tallerigitur.com/poesia/decimas-de-ingrid-valencia-mexico/1270/2020/?fbclid=IwAR1AnLpKSm0F7CMyo9fH4jgwOTgghn1JPYOfKREzeN8PBMcW80TlP4XfMQ8

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